Las puertas siempre abiertas tienen su precio. La libertad y la confianza en la humanidad también. En los pueblos pequeños lo hemos venido pagando a gusto. A veces sin embargo llega abultada factura de repente; a veces cuesta asumir que alguien haga mal a otro con tanta ligereza, que le prive sin razón mayor de herramientas y materiales que le son de gran utilidad. Es entonces cuando se hace imprescindible recordar que libremente hemos asumido venir a un mundo de muy dispares evoluciones en el que es “natural” que ocurran estas cosas. Es preciso recordar que hemos decidido encarnar en un escenario en las que proliferan almas que recién inician recorrido de desarrollo humano. El recuerdo habrá de ser acompañado por el desapego de las cosas materiales. En nuestro caso el robo ha consistido en material de cocina, de escritorio, iluminación, focos, proyectores y otros enseres (bancos, mesa plegable…), en su inmensa mayoría útiles que nos servían para el Foro Espiritual de Estella (www.foroespiritual.org) y el campamento que en breve iniciamos (www.pirinea.org). |
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