Es una pregunta que necesariamente uno se hace cuando tiene cerca seres queridos que dan la espalda a la dádiva de la vida eterna. La cuestión me veía persiguiendo desde antiguo, por la implicación personal en el tema. Cuántas veces me he cuestionado sobre qué es lo que ocurre tras la llamada muerte con esos amigos, familiares que niegan radicalmente toda realidad trascendente y sin embargo dan a lo largo de su vida muestras de encomiable altruismo. Abrigaba el convencimiento de que su destino era incuestionablemente la luz y la gloria. El amor derrochado en vida física no puede tener otra recompensa. Sabía también por los estudios que en una primera etapa se verían sumidos en un estado letárgico, pero no conocía más detalle. Daniel Meurois nos lo ha proporcionado en el reciente Seminario celebrado en Madrid, “La muerte. ¿Qué hay al otro lado?”. Tras afirmar que no hay tantos ateos reales como creemos, nos compartió: |
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