La cordialidad
La cordialidad antecede a la hermandad humana por la que trabajamos. La cordialidad es un puente imprescindible que todos deseamos. La cordialidad es necesaria construirla desde la dos orillas. A cada lado hay que poner ladrillos de respeto, de diálogo, de mutua comprensión… La cordialidad no es un brote repentino, no es fácil que despunte tras las porras, los banquillos, los obligados exilios… El rey de España merece todos los respetos, pero no menos que el señor Oriol Junqueras que lleva ciento diecisiete días privado de libertad sin poder abrazar a sus hijos…
Jamás faltaremos a ningún hijo de Dios, menos a un monarca que tanto significa para tantos españoles. Otro tanto merecen los dirigentes catalanes presos, exiliados, o pendientes de “causas”, que son continuamente vilipendiados en medios públicos y que tanto significan para tantos/as catalanes/as. Vamos a por la cordialidad tan anhelada y pendiente, pero por favor pongamos de una vez por todas esos ladrillos…