Tristes números los de hoy a la noche. Aleteo de las gaviotas blancas sobre un escenario sin muda. ¿Cuánto miedo tiene este país en sus entrañas, cuánto miedo acumulado? Miedo al futuro, al cambio, a lo diferente, a la renovación, a las coletas, al color, a la Vida… Pánico al osado morado, pero también al inofensivo, al “correcto” naranja.
La piel del toro volvía a ser azul. Casi me olvido de guiñar a la noche estrellada. Ahora que estábamos soñando ese futuro sin tanta corbata al cuello, sin tanta parálisis en la conciencia y osamenta ¿Hasta cuándo los de siempre con las riendas en sus manos? No decaiga. Mañana saldrá el sol y seguiremos trabajando. Otro mundo sigue siendo también esta noche posible.