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Dentro de unos minutos comienza la huelga general convocada en Euskadi y en Navarra para la jornada de mañana, 30 de Mayo. Olvidamos fácilmente que somos bastante más que “víctimas”. Nuestras circunstancias de hoy no son sólo la consecuencia de lo que los otros hacen o dejan de hacer. No hay presente que no hayamos fabricado, no hay mañana que se nos escape y dependa exclusivamente de terceros. Ahora más que nunca, ahora, con más posibilidades que en ningún otro momento de la historia, con más conciencia, con más medios…, somos los hacedores de nuestro futuro, de nuestro mañana más emancipado y de más gloria.
¿Por qué será que cada vez resuenan más lejos todas esas proclamas que sitúan absolutamente todas las responsabilidades, todas las culpas fuera? ¿Dónde están las manos que Dios nos ha dado, no sólo para levantar el puño amenazante, sino para modelar los sueños con todos nuestros barros juntos? ¿Dónde esas manos sino para construir las comunidades, las ecoaldeas, los espacios sostenibles, los jardines… del nuevo mundo? La sola dinámica de la reivindicación pone en cuestión nuestro inmenso potencial de seres libres y creadores, hipoteca nuestro mañana. La sola pancarta merma nuestras facultades para reorientar la historia e inaugurar la alternativa. No es sólo pedir a los otros, es tomar conciencia de todo lo que aquí y ahora podemos realizar y culminar nosotros/as mismos/as.